lunes, 2 de septiembre de 2013

Redes sociales y... ¿amistades?

Cada vez somos mas las personas que establecemos conexiones que nos permiten compartir intereses, inquietudes y aficiones. Sin tener o teniendo obligaciones familiares y laborales, la gente ha visto en las redes sociales por medio de internet, la posibilidad de entablar nuevas amistades. Esta opción, resulta ser una nueva forma de comunicación y de relación.
En mi caso, acabo de entrar a formar parte de un grupo en el cual compartimos el deseo de conversar en Inglés, particularmente he de señalar que una servidora hace lo que puede, escucha mas que habla, pero tiene la esperanza de que un día, aunque sea el último día de su vida, el Inglés sea algo no tan inalcanzable como lo viene siendo habitualmente.
Me gustaría analizar este tipo de nuevas relaciones y me gustaría exponer que en ellas hay mucho que matizar. La otra noche, en una de las cenas del grupo, (porque hay que decir que a parte del Inglés, vamos realizando alguna que otra actividad extraescolar), estuvimos comentando entre varios que tampoco es tan fácil como lo pintan por ahí, alcanzar la verdadera amistad con estos nuevos y tecnológicos métodos. Al fin y al cabo, esto suele ser un poco o bastante más artificial que los modos tradicionales: los típicos amigos de la infancia, facultad o incluso trabajo.
De ahí que, se necesiten también ciertas normas que conviene cumplir. Habría que tener en cuenta, la forma de ser de cada uno. Si bien es cierto, que nos mueven unos intereses comunes como lo son conocer gente nueva o tener planes para el fin de semana por ejemplo, esto también nos lleva a que hemos de abrirnos poco a poco a los demás y ahí ya se entra en el terreno de la privacidad de cada uno. Pero tampoco es descabellado pensar, que cada persona tiene un ritmo para dicha apertura.
Y pienso que, dentro de esos mismos grupos, habrá con quien se conecte más o menos, esto ha pasado siempre en los diversos ámbitos donde nos encontramos. Solemos detectar ese alguien con el que se puede confiar mas, pero esto yo ya sinceramente, no tengo la mas remota idea de qué es lo que lo provoca. Seguro que debe tratarse de alguna proteína intuitiva del cerebro.