viernes, 11 de diciembre de 2009

Empezando a repasar...y ya van treinta y cinco!

Inmersos ya como quien no quiere la cosa en el final de año, comienzan a aparecer por mi cabeza la cantidad de historias que me han pasado en este 2009, como siempre unas felices, otras tristes y las regulares, que siempre están ahí y no cambian.
Pensando en las alegres, me regocijo sin parar, cuando me vienen las tristes a mi mente, intento no lamentarme, pero...¿Qué hacer con las regulares, cotidianas y aburridas?. Nunca les he dado ninguna importancia, es más, incluso me han parecido tambien agobiantes a veces, por ello he intentado siempre no hacerles caso.
Seguramente no nos lo creamos, pero me ha dicho un pajarito que en esos mismos aconteceres "regulares" que nos ocurren cotidianamente, pueda estar la clave de nuestra forma de ser, de nuestra vida y personalidad.
Intento entender esta ultima afirmación pero...me cuesta. Y es que, el ser humano está deseoso de vivir acontecimientos extrordinarios que le asombren y le proporcionen exitos.
A veces no nos damos cuenta de que lo mejor es, algo tan simple como, poder llegar a casa y tener calentitas las zapatillas y tumbarte a ver la tele en el sofá tranquilamente.

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