sábado, 7 de agosto de 2010

Cuando uno no quiere...dos no riñen


Según las noticias de la tele, que son las que le preguntan a los que hacen encuestas y a su vez estos, preguntan a los abogados de este país, España; el verano, es el tiempo más importante y más propicio para que aumenten las separaciones matrimoniales.
A mi no me extraña nada, porque durante el año los matrimonios, se pasan el día trabajando, ya bien sea en casa o fuera de ella y son pocas las horas que pasan juntos la jornada, pero claro, en verano, que es cuando se está más con el marido o la mujer, es cuando salen las pegas de la convivencia.
Si nos pasa con los hermanos y con los padres que no nos entendemos muchas veces, ya sea por el carácter, por la diferencia de edad o porque ese día lo tenemos torcido...y llevan, se supone la misma sangre que corre por nuestras venas...¿Cómo no va a pasar con el señor o la señora que quizás un bonito día, a lo mejor, oh que casualidad, de verano también, conocimos y decidimos compartir nuestra vida?.
Yo estoy hablando de causas de separación un poco insulsas, como el no aguantarse por el carácter, no hablo de infidelidades o maltratos, que ahí si que me parece que es grave el asunto y no se puede tolerar.
La gente en general, no aguantamos al de al lado porque cada uno al final, tiende a querer hacer lo que le da la gana. Somos egoístas por naturaleza. Aunque hay excepciones, claro está y esas se llaman Madres con mayúsculas.
Seguramente, los que se separan hoy día por chorradas de "ya te dije que no era una buena idea venir este año al pueblo de tus padres en vacaciones", digan que las madres de antes no lo hacían porque no podían.
Y puede ser que sí, que no tuvieran las posibilidades de hacerlo, pero todas esas Madres afirman hoy a sus hijos "y hoy no te verías como te ves, con tu carrera o con los medios que tienes a tu alcance".

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