¿Cuántas veces vivimos alterados, enfadados como si tuvieramos una losa encima nuestra?
Esa losa que no guarda mas que los complejos que a veces, llevamos arrastrando durante años.
Muchas personas no han tenido la sufiente voluntad o quizás la ayuda de otro, a lo mejor ese amigo que, hace que veamos las cosas en su justa medida, de forma sencilla y no retorcida.
A mi modo de ver, la superación de nuestros miedos es fruto de un proceso de evolución y maduración personal en que la lucha contra los propios defectos y el afán por superarse tienen un papel fundamental.
Eso sí, los que han logrado quitarse la losa, tienen la responsabilidad de enseñar a los demás que merce la pena ese esfuerzo para llegar a estar en paz con uno mismo, con los demás y con Dios.
Esa losa que no guarda mas que los complejos que a veces, llevamos arrastrando durante años.
Muchas personas no han tenido la sufiente voluntad o quizás la ayuda de otro, a lo mejor ese amigo que, hace que veamos las cosas en su justa medida, de forma sencilla y no retorcida.
A mi modo de ver, la superación de nuestros miedos es fruto de un proceso de evolución y maduración personal en que la lucha contra los propios defectos y el afán por superarse tienen un papel fundamental.
Eso sí, los que han logrado quitarse la losa, tienen la responsabilidad de enseñar a los demás que merce la pena ese esfuerzo para llegar a estar en paz con uno mismo, con los demás y con Dios.
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